25 de mayo de 2022
Hay un dolor que va más allá de toda descripción y en todo nuestro corazón nos enfrentamos a la casi imposibilidad de procesar la verdad de que ayer en la Escuela Primaria Robb en Uvalde, Texas, al menos 19 niños y dos maestros perdieron la vida a causa de la violencia armada. Nuevamente, la tragedia ha sacudido a nuestra nación, todo en días de odio y violencia que nos han dejado llorando y recordándonos a nosotros mismos que debemos aferrarnos a la esperanza. En momentos como este, no se trata de las respuestas. Se trata de decir ¡basta! El tiroteo de ayer marca al menos el tiroteo número 30 en una escuela K-12 en 2022, según un conteo de CNN, y es el más mortífero en una escuela primaria de EE. UU. desde el ataque a la escuela primaria Sandy Hook hace casi una década. ¿Cuánto tiempo y cuántas vidas de niños se deben perder antes de que se tomen medidas para proteger a nuestras comunidades, iglesias, escuelas y, lo que es más vulnerable, a nuestros niños de la violencia armada? Los pensamientos y las oraciones no son suficientes.
Escuelas muertas de miedo.
La verdad es que una educación debajo de los escritorios,
encorvado por las balas;
Esa zambullida cuando preguntamos
donde nuestros hijos
vivirá
& cómo
& Si
—Amanda Gorman, poeta