Detección de retrasos en el desarrollo en bebés
Los padres de niños que desarrollan discapacidades graves a menudo se preguntan si hubo alguna forma de prevenir la condición discapacitante. Cuando la respuesta a esa pregunta es sí, los padres no solo quedan desconsolados, sino también dolorosamente arrepentidos por lo que pudo haber sido.
Investigadores y profesionales de todo el país están trabajando para prevenir situaciones como esta, alentando a los pediatras a que examinen a los niños temprano para detectar discapacidades y retrasos. Según un informe publicado recientemente por Commonwealth Fund, la prevalencia de retrasos en el desarrollo en los niños pequeños es de al menos el 10 por ciento. Sin embargo, solo el 2.3 por ciento de los padres de niños menores de 3 años aprovechan los programas de intervención temprana destinados a abordar estas preocupaciones. En otras palabras, casi cuatro de cada cinco niños potencialmente elegibles no reciben servicios, a menudo porque no fueron evaluados.
El informe destaca cómo los padres de niños discapacitados a menudo tuvieron que esperar meses para que sus hijos fueran examinados después de que comenzaron a sospechar una discapacidad. También se citó a los médicos por desestimar las preocupaciones de los padres, a menudo afirmando que un niño era "demasiado pequeño" para la detección. Cuanto más grave es la discapacidad, es más probable que el niño reciba una evaluación temprana, aunque los casos más leves responden mejor al tratamiento temprano.
Afortunadamente, las pautas recientemente revisadas de la Academia Estadounidense de Pediatría recomiendan que los pediatras realicen exámenes de detección de rutina a tres edades específicas en la primera infancia: nueve, 18 y 30 meses. Esto puede conducir a un aumento en la intervención temprana y un mejor futuro para nuestros niños. Además, la Dra. Laura Sices, autora del influyente informe, dio recomendaciones específicas sobre cómo y cuándo los niños deben ser evaluados.